LOGOS
Asalto a las Afores
LÓPEZ DENUNCIA A ZALDÍVAR
Las
conferencias matutinas presidenciales (alias ‘las maña-neras’) son armas
informativas de agresión y defensa del presidente mexicano; además de ser, pruebas
documentales públicas, hechos notorios, fama pública y confesionales de Andrés
Manuel López Obrador.
Este
ejecutivo federal está utilizando esas maña-neras para intervenir
descaradamente (violando nuestra Carta Magna) en el proceso electoral 2024.
Se le denuncia
ante las autoridades electorales no por su libertad de expresión; se le reconviene
por usar esas conferencias para intervenir, electoreramente, como vil jefe de
campaña de todas sus corcholatas, o marionetas, las que ha asignado como
candidatas o candidatos a diversos puestos públicos, entre ellos el cargo a presidente
de la república.
En su ilegal
maniobreo, comete delitos al gastar, decenas de miles de millones de pesos del
erario federal, para supuestamente asegurar triunfos electoreros de sus elegidas
y elegidos.
Y como López
observa que le falta más dinero para su interés electorero, está promoviendo con
urgencia (ante un doblegado poder legislativo) el asalto a las Afores; es
decir, a los fondos para el retiro de los trabajadores, afiliados al IMSS y/o
al ISSSTE, que llenen ciertos requisito de edad y abandono de sus ahorros.
La cantidad que requiere el obradorato, por ahora y de
prisa, es de 40 mil millones de pesos.
Por otro
lado, la desesperación de López lo ha conducido a proponer, ante ese lacayuno
poder legislativo, reformas substanciales a la Ley de Amparo, para suprimir la
suspensión provisional y la definitiva de todo acto de autoridad reclamado.
Así pretende destruir la esencia del amparo, con grave
afectación a los quejosos, y limitando al Poder Judicial Federal, al que no ha
podido someter el autócrata presidente.
Hoy, más que
nunca, por bien de la democracia, y de una auténtica división de poderes, todos
los mexicanos necesitamos defender al Poder Judicial presidido por la ministra Norma
Lucia Piña Hernández, quien con una mayoría de ministros que ejercen la
soberanía nacional en materia de Derechos Humanos, garantizados constitucionalmente,
han actuado, aplicando las normas jurídicas con dignidad profesional.
Por cierto,
el presidente López fue quien denunció, en una de sus maña-neras, a quien fuera
un rastrero presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: Arturo Fernando
Zaldívar Lelo de Larrea.
López
confesó que en muchos casos, él le hablaba a Zaldívar para que los jueces y los
magistrados resolvieran como el presidente se los exigía. Así descalzonó públicamente
a su cómplice.
Seguramente
por eso, y por denuncias que ahora se denominan anónimas para proteger en
inicio a los denunciantes, en virtud de la naturaleza grave que tienen los
casos, se han fincado investigaciones en contra de Zaldívar y un puñado de sus
principales colaboradores, debido a sus supuestas conductas ilícitas.
La Suprema
Corte de Justicia de la Nación, con toda imparcialidad, en éste, como en todos
los casos, debe aplicar la ley al asunto concreto con interés controvertido.
Frente a la
conducta responsable y profesional de la Suprema Corte, López, el suspirante a
dictador, confiesa sus ilícitas componendas con los empresarios para
condonarles, supuestamente, cantidades millonarias, si pagan de inmediato los
montos multimillonarios a que los sujeta, quebrantando la Ley de Ingresos de la
Federación, en su vigencia de años fiscales a que correspondan.
En su
decadente ejercicio, López exige más poder. Pide que le amplíen su facultad
para indultar a cualquier delincuente que ya se encuentre con sentencia
ejecutoria.
¿Favorecería
a narcos, colaboradores, familiares, amigos, socios, cómplices?
Cada día es
más voraz el autócrata López.
Han llegado hasta la ridiculez el presidente López y su corcholata
Claudia Sheinbaum; ésta se desgañito: “Hoy tenemos al mejor presidente que ha
tenido el país, Andrés Manuel López Obrador”.
¿Y Juárez, y Madero, y Cárdenas?
Claudia, claudicó; ya desbarrancó hacia la locura del
elogio.